jueves, 12 de diciembre de 2013

Echándote de menos

Dos años. Veintricuatro meses. Setecientos treinta días. Diecisiete mil doscientas ochenta horas. Un millón treinta y seis mil ochocientos minutos, en los que no he dejado de pensar en ti.
Aquí me veo, en estas cuatro paredes, sentada en el mismo sitio, acompañada por el ruido de la calle, la pluma y el papel. Dedicándote unas palabras, al igual que hace un año atrás y así sera hasta que me quede un soplo de vida.
Hoy me senté con el deseo firme de escribirte la carta mas bonita del mundo. Pero me gustaría escribirte tantas cosas, contarte tantas otras, que no se por donde empezar. Tampoco sabría como terminar y entonces esto dejaría de ser una carta.
Lo primero es que no sabes todo lo que daría por que estuvieras aquí. Por poder verte, tocarte, darte un beso o escuchar tu voz. No sabes las veces que recuerdo, que le cerré los ojos al amor de mi vida y no me entra en la cabeza que jamás, los volverá a abrir. No sabes cuantas veces al dormirme, pienso que ojala al despertarme, todo haya sido un mal sueño. Pero pasan los años, los meses, los días...y siempre me despierto igual, con el sabor amargo de la realidad, chocándome con ella una y otra vez.
Buscándote en mis recuerdos, en mis sueños. Deseándote en mis anhelos. Luchando por aprender a vivir sin ti. Sin conseguirlo. Nunca sin dejar de intentarlo. Pensándote y a veces muriendo un poco más.
Tal vez esta no sea la carta mas bonita del mundo, pero si la mas sincera.
Decirte papa, que con amor estas letras te dedico, porque no importa el tiempo que pase, te pienso, te amo y no te olvido.


En memoria al mejor padre que he podido tener. Gran parte de lo que soy es gracias a ti.

D.E.P-  Francisco Bravo García  20/11/10.